La lucha interna de Anakin
Anakin Skywalker
conocido como Dark Vader de la saga de Star Wars de
pronto me vino a la mente en el día de hoy. Les comparto una parte de la trama que
me hizo pensar en esa lucha interna que perdió y lo hizo cambiarse al lado
oscuro.
Vader captura a Leia,
Han, Chewbacca y C3PO, para atraer a Luke a un enfrentamiento. Luke, que ha
sido parcialmente entrenado por el maestro Yoda, se bate en duelo contra Vader,
pero es fácilmente derrotado cuando el Lord Sith le corta la mano derecha, es
entonces cuando Vader revela su verdadera identidad, él es su padre, y le
ofrece la oportunidad de unírsele a él para destruir juntos al Emperador y "gobernar
la galaxia como padre e hijo". Luke rechaza la oferta y se tira desde una
plataforma hacia el abismo de un reactor para ser aspirado por un conducto de
basura y luego ser rescatado por Leia, Chewbacca, Lando y C3PO. En este
capítulo tiene un lugar un diálogo entre el Emperador y Darth Vader que pone en
manifiesto la naturaleza de los Siths y el Lado Oscuro. En un cruce de
mentiras, Darth Vader solicita al emperador permiso para cazar a su hijo y
llevárselo ante él. En el diálogo ambos ocultan al otro el conocimiento que
tienen de los hechos y la verdadera intención de traición. La naturaleza de los
Siths es la mentira y la traición. La intenciones del Emperador son claras,
enfrentar a padre contra hijo para quedarse con uno de ellos y matar al otro. También
las de Darth Vader, hacer de su hijo su aprendiz y matar al Emperador. Ambos
ocultan sus verdaderas intenciones pero están perfectamente conscientes de las
intenciones del otro. Esta sutileza no se capta la primera vez que se ve el
film (dado que faltan elementos) pero es un majestuoso toque de George Lucas.
Una relación similar a la manifestada en este diálogo la plantea C.S Lewis en
su libro Cartas del Diablo a su sobrino, diciendo que la unión en el mal se da
por la necesidad y no por el amor.
En todas las religiones
del mundo, se nos menciona el bien y el mal. Como ejemplo me vino a la mente
Anakin. Un niño que nació en la pobreza y el cual tenía un don que no supo guiar
por buen camino. Creció ambicionando el poder muy dentro de su corazón, y solo
los sabios como el maestro Yoda comprendían su destino. Muy a pesar de
conocerlo por anticipado y haber tenido maestros que lo guiaban por la senda correcta,
eligió la maldad en lugar del bien, incluso abandonando su amor profundo por
Padmé Amidala. Por qué irse al lado oscuro? Esa es mi interrogante. Ambición tal
vez?
Vivimos en el 2013 y
aun no hemos evolucionado como la película de George Lucas, pero si vivimos en
un mundo donde la maldad está latente, sin embargo tenemos la opción de seguir
el bien. Si en nuestros motivos de vivir existe la ambición tendremos un final
igual a Anakin. Hoy el poder viene relacionado al dinero, al cuanto tengo, si
tengo más que otro y al quiero más. ¿Por qué el dinero ha asumido tan
inmensa importancia en nuestra vida? ¿Acaso dependemos exclusivamente de él
para nuestra propia felicidad psicológica? Todos los seres humanos necesitamos,
pan, abrigo y refugio; esto se sabe. Pero, ¿por qué es que esto tan natural y
sencillo para las aves del cielo, ha tenido una importancia y
significación tan tremenda y espantosa?
El dinero
ha asumido tal valor exagerado y desproporcionado porque psicológicamente
dependemos de él para nuestro bienestar. El dinero alimenta nuestra vanidad
personal, nos da prestigio social, nos brinda los medios de lograr el poder. El
dinero ha sido usado por la mente con fines y propósitos totalmente diferentes
de los que tiene en si mismo, entre las cuales esta cubrir nuestras necesidades
físicas inmediatas. El dinero está siendo utilizado con propósitos
psicológicos; esa es la causa por la cual el dinero ha asumido una importancia
exagerada y desproporcionada.
Es lógico
que tengamos necesidad de conseguir dinero para satisfacer nuestras necesidades
físicas. (Para tener pan, abrigo y refugio). Pero si dependemos del dinero
exclusivamente para nuestra propia felicidad y satisfacción personal, entonces
somos los seres más desgraciados de la tierra. Cuando comprendemos que el
dinero sólo tiene por objeto proporcionarnos pan, abrigo y refugio, entonces le
ponemos espontáneamente una limitación inteligente; el resultado de esto es que
el dinero ya no asume ante nosotros esa importancia tan exagerada que tiene
cuando se convierte en una necesidad psicológica.
El dinero
en si no es bueno ni malo. Todo depende del uso que hagamos de él. Si lo
utilizamos para el bien, es bueno. Si lo utilizamos para el mal, es malo.
Necesitamos
comprender a fondo la verdadera naturaleza de la sensación y de la satisfacción.
La mente que quiera llegar a comprender la verdad debe estar libre de estas
trabas.
Las sensaciones tienen
su lugar adecuado y cuando las comprendemos profundamente en todos los niveles
de la mente, no asumen la estúpida deformación que ahora tiene. Muchas personas
piensan que si todo orden de cosas marchase de acuerdo con el partido político
al cual pertenecen y por el cual luchan siempre, entonces tendríamos un mundo
feliz lleno de abundancia, paz y perfección. Ese es un concepto falso, porque
realmente nada de eso puede existir si antes no hemos comprendido
individualmente el verdadero significado de las cosas.
La ambición tiene
varias causas, y una de ellas es eso que se llama miedo. El
humilde muchacho que en los parques de las lujosas ciudades limpia el calzado
de los orgullosos caballeros, podría convertirse en ladrón si llegase a sentir
miedo a la pobreza, miedo a sí mismo, miedo a su futuro. El elegante mesero del
restaurante de lujo o del gran hotel, podría convertirse en un gángster, en un
asaltante de bancos o en un ladrón muy fino, si por desgracia llegase a sentir
miedo de sí mismo, de su humilde posición de mesero, de su propio porvenir,
etc. El pobre empleado de mostrador que atiende a la clientela y que con paciencia
nos muestra la corbata, la camisa, los zapatos, haciendo muchas reverencias y
sonriendo con fingida mansedumbre, ambiciona algo más porque tiene miedo, mucho
miedo a la miseria, miedo a su futuro sombrío, miedo a la vejez, etc.
La
ambición es polifacética. La ambición tiene cara de santo y cara de diablo,
cara de hombre y cara de mujer, cara de interés y cara de desinterés, cara de
virtuoso y cara de pecador.
Existe
ambición en aquel que quiere casarse y en aquel viejo solterón empedernido que
aborrece el matrimonio.
Existe
ambición en el que desea con locura infinita ser alguien, figurar, trepar, y
existe ambición en aquel que se hace anacoreta, que no desea nada de este mundo
porque su única ambición es alcanzar el cielo, liberarse, etc.
Quien no
ambiciona este mundo ruin y miserable, ambiciona el otro; y quien no ambiciona
dinero, ambiciona poderes psíquicos.
La
ambición disfrazada con la máscara del desinterés suele engañar a las gentes
más astutas.
Todas las
guerras tienen su origen en el miedo y la ambición. Todos los problemas más
graves de la vida tienen su origen en la ambición.
Todo el
mundo vive en lucha contra todo el mundo debido a la ambición, unos contra
otros y todos contra todos.
Toda
persona en la vida ambiciona ser algo, y la gente de cierta edad, maestros,
padres de familia, tutores, etc., estimulan a los niños, a las niñas, a las
señoritas, a los jóvenes, etc., a seguir por el camino horrendo de la ambición.
Los
mayores les dicen a los alumnos y alumnas: “Tienes que ser algo en la vida,
volverte rico, casarte con gente millonaria, ser poderoso, etc., etc.”
Las
generaciones viejas, horribles, feas, anticuadas, quieren que las nuevas
generaciones sean también ambiciosas, feas y horribles como ellas.
Lo más
grave de todo esto es que la gente nueva se deja marear y también se deja
conducir por ese camino horrible de la ambición.
Los maestros y maestras deben enseñar a los alumnos y alumnas que ningún trabajo honrado merece desprecio. Es absurdo mirar con desprecio al chófer de taxi, al empleado de mostrador, al campesino, al limpiador de calzado, etc.
Todo
trabajo humilde es bello, es necesario en la vida social. No todos nacemos para
ingenieros, gobernadores, presidentes, doctores, abogados, etc.
En el
conglomerado social se necesitan todos los trabajos, todos los oficios; ningún
trabajo honrado puede jamás ser despreciable.
En la
vida práctica cada ser humano sirve para algo, y lo importante es saber para
qué sirve cada cual.
Es deber
de los educadores descubrir la vocación de cada estudiante y orientarle en ese
sentido. Aquél que trabaje en la vida de acuerdo con su vocación, trabajará con
amor verdadero y sin ambición.
El amor
debe reemplazar a la ambición. La vocación es aquello que realmente nos gusta,
aquella profesión que con alegría desempeñamos porque es lo que nos agrada, lo
que amamos. En la vida moderna por desgracia las gentes trabajan a disgusto y
por ambición, porque ejercen trabajos que no coinciden con su vocación.
Cuando
uno trabaja en lo que le gusta, en su vocación verdadera, lo hace con amor
porque ama su vocación, porque sus aptitudes para la vida son precisamente las
de su vocación.
Por eso sigan lo que
les gusta, amen lo que hagan y lo demás vendrá por añadidura. Luego, debemos
tener paciencia en el intento, porque de seguro no será fácil pero llegarás a la
meta si te lo propones. No busques el camino fácil para conseguir lo que
sueñas. Cuando logres pasar por todos los obstáculos y lograr lo que quieres,
la victoria será más placentera. Sigamos el ejemplo de Luke y no de Anakin. La
lucha interna de Anakin de elegir entre el bien y el mal, el odio o el amor,
fue apoderada por el miedo y esto llevo a lo demás. No sigamos alimentando ese
miedo y busquemos la felicidad verdadera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario